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La cocina como ritual: platos que nutren el alma sarda


La cocina como ritual: platos que nutren el alma sarda

La cocina sarda es mucho más que un simple conjunto de recetas.
Es un lenguaje, una tradición, un verdadero ritual que alimenta no solo el cuerpo, sino también el alma de la isla. En Cerdeña, la comida es un puente entre el pasado y el presente, un vehículo de historias y creencias ancestrales que se transmiten de generación en generación.
Al igual que las leyendas y las prácticas folclóricas que animan la isla, la gastronomía sarda está impregnada de un profundo simbolismo, uniendo comunidad, historia y creencias en una experiencia multisensorial que va más allá del simple acto de comer.
La elección de ingredientes y métodos de preparación no es casual, sino un acto de memoria y tradición, una forma de mantener vivo un patrimonio cultural que, en parte, corre el riesgo de perderse.

Su Filindeu: Los Hilos de Dios. El último secreto de una tradición milenaria

Entre las joyas más raras de la cocina sarda destaca el Su Filindeu, una pasta considerada una de las más difíciles y misteriosas del mundo. Su nombre, que significa “hilos de Dios” o “cabellos de Dios”, como señaló también la escritora Grazia Deledda, confiere al plato un aura casi “milagrosa” y sagrada.

El ritual de la preparación

FilindeuLa preparación de esta pasta es un verdadero rito, custodiado por poquísimas mujeres en toda Cerdeña, se dice que solo diez, como la última depositaria de este arte, la señora Paola Abraini de Nuoro. El proceso es extremadamente complejo y meticuloso. Se parte de una masa de sémola de trigo duro, agua y una pizca de sal, que se trabaja durante aproximadamente una hora.

Luego esta masa se estira y se dobla sobre sí misma ocho veces consecutivas, un procedimiento que en cada paso duplica el número de hilos, hasta llegar a crear 256 hilos finísimos. La consistencia de la masa es fundamental y debe ser perfecta: no demasiado blanda para que no se rompa, ni demasiado dura para que no se quiebre. Los hilos obtenidos se colocan sobre una bandeja circular de madera, llamada “fundu”, formada por hojas de asfódelo entrelazadas, y se dejan secar al aire libre. Una vez secos, adquieren la consistencia del papel de seda.

Simbolismo y tradición

Históricamente, el Su Filindeu era un plato humilde y caliente, destinado a los peregrinos que se dirigían al Santuario de San Francisco de Lula, a unos 20 km de Nuoro. Se les ofrecía como símbolo de acogida y misericordia.
Su delicadeza, que hace que se disuelva casi por completo en el caldo de oveja, representa una especie de fusión entre lo físico y lo sagrado, una experiencia que alimenta el cuerpo y el espíritu del viajero.
Hoy, su producción es tan limitada que se ha convertido en un plato muy codiciado, casi mítico, que ha atraído la atención de chefs de renombre mundial y de la BBC, como testimonio de su valor cultural y de su singularidad.

Comida y superstición: los ingredientes mágicos de la mesa sarda

La cocina sarda es un verdadero manual de «contus» que se manifiestan en cada ingrediente y en cada preparación. Cada plato tiene una historia, un vínculo con el territorio y con las creencias que han moldeado la identidad de la isla.

El Pan Carasau: papel de música y regalo del futuro

Pane_carasauEl Pan Carasau, conocido también como “papel de música” por su crocantez y delgadez, no es un simple alimento, sino un verdadero “símbolo de Cerdeña”.
Su preparación ha sido durante siglos un ritual doméstico y social, transmitido de generación en generación, que unía a las mujeres del pueblo en la lenta y compleja creación de este pan ligero y duradero.

Existen variantes específicas para ocasiones especiales, como las bodas, en las que el pan se convierte en símbolo de abundancia y buen augurio. Su capacidad de conservarse durante mucho tiempo lo hacía ideal para los pastores, que lo llevaban consigo durante los largos períodos de trashumancia. Este pan, por tanto, no solo alimenta, sino que cuenta historias de vida nómada, de supervivencia y de comunidad.

El Porceddu: el rey de la mesa y el ritual pastoral

El Porceddu o Porcheddu, el cochinillo asado, es el “rey de la mesa sarda” y encarna el ritual pastoral por excelencia. Su preparación es un arte que refleja prácticas ancestrales. Tradicionalmente, el cochinillo se asa al espetón o “bajo tierra”, un método de cocción que recuerda costumbres antiguas y que confiere a la carne un sabor inconfundible.

El uso imprescindible de hierbas aromáticas locales como el mirto y el romero no es solo una elección culinaria, sino un rito que vincula el plato con el aroma del matorral mediterráneo y con la naturaleza salvaje de la isla. El Porceddu es el plato de las fiestas, de las reuniones familiares y de las celebraciones, un símbolo de prosperidad y de compartir.

Platos únicos y controvertidos: Burrida y Casu Marzu

La cocina sarda no teme arriesgar, presentando platos que cuentan una historia de contaminaciones y adaptaciones. La Burrida, un entrante a base de pintarroja marinada, revela antiguas “influencias fenicias”, testimonio de los milenarios intercambios culturales de la isla.

El Casu Marzu, el “queso con gusanos”, es quizá el ejemplo más célebre y controvertido de la cocina ritual sarda. Aunque está prohibido por la ley, su mercado clandestino alimenta las leyendas y el misterio en torno a este queso de oveja colonizado por larvas vivas de mosca quesera.

Para muchos sardos, el Casu Marzu no es solo un alimento, sino una experiencia extrema, un vínculo visceral con la tierra y con tradiciones que desafían las convenciones. Incluso se cuenta que su consumo es un rito de iniciación para los más audaces. Este queso, de hecho, es un concentrado de historia, rebeldía e identidad, un “contu” que se come y se transmite.

La cultura de compartir: de las mesas festivas a las comunidades

La cocina sarda está intrínsecamente ligada a la convivialidad y al compartir. Cada plato está pensado para ser consumido en compañía, celebrando la unión familiar y la hospitalidad. Esto es evidente también en las tradiciones relacionadas con el aceite de oliva, un alimento símbolo de la dieta mediterránea que en Cerdeña se produce con un cuidado casi sagrado. La recolección de aceitunas y la producción del aceite son rituales que involucran a familias y comunidades enteras, un momento de fiesta y de vínculo con la tierra.

Las tiendas históricas de Cagliari, como la Gastronomía de Roberto Concas, se convierten así no solo en lugares de venta, sino también en guardianes de estas tradiciones, ofreciendo una experiencia que va más allá de la compra y que permite entrar en contacto con el verdadero alma de la cocina sarda.

El alma sarda en el plato

La cocina sarda, por lo tanto, no es una simple colección de recetas, sino un verdadero “universo” de significados. Cada plato, desde el misterioso Su Filindeu hasta los cotidianos Pan Carasau y Porceddu, es un relato, una celebración, un rito que une al hombre con su tierra, su historia y sus creencias.

En un mundo que tiende a estandarizar el gusto, la gastronomía sarda se erige como un baluarte de autenticidad y tradición, una invitación a redescubrir el profundo valor de la comida como expresión del alma de un pueblo. La mesa sarda es un escenario donde historia y leyenda se encuentran, alimentando no solo el cuerpo, sino también el espíritu de quienes tienen la fortuna de saborear sus sabores y escuchar sus “contus”.

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